Declaración de intenciones II




Ahora piensa en el pasado,
en lo que tuvo, en lo que llegó a ser,
en los viejos amores…
sueños, abrazos, ilusiones, besos, pelis, canciones…
Si tantas veces todo esto tuvo ¿cómo se dejó engañar?

 Esa cabecita loca que sigue siendo una llorona,
que no encuentra satisfacción porque su espacio es demencial
y sigue buscando musas entre mangas de vampiros y columnas rotas.

 Esa cabecita loca y de ojos rojos que te baila una ranchera igual que un rock,
entre novias cadavéricas, molinos rojos y zapatos de charol
sabe quién es, lo que ha vivido, lo que ha tenido, lo que ha compartido y lo que vale.
Por ello sabe lo que vivirá, lo que tendrá, lo que compartirá y dónde llegará.

 Pero hay algo que no sabe… ¿Cómo se dejó engañar?

 Y sabiamente le contesto: Cabecita loca no te preocupes, todo lo que sientes es normal, a veces das amor y recibes engaño, no lo puedes evitar.

Quisiste, amaste, confiaste y perdonaste pero a veces eso no basta. Pero también debes recordar que otras veces que también amaste te amaron, cuando compartiste compartieron, cuando confiaste no te mintieron y cuando diste, todo te dieron…

 Así que recuerda, mantén tu esencia, que nada te haga cambiar. Y lo más importante, de nuevo sucederá…


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