Carta para Escarlata

Desconexión

Parece que todo va bien, se va encaminando en todos los aspectos, pero hay algo que te inquieta. Y, además, hay que luchar contra uno mismo. Contra lo que pensabas, lo que esperabas, lo que querías…

Quizá no es exactamente como lo esperabas, ni exactamente lo que querías, quizá incluso es mejor. Pero hay que ser fuerte para luchar. No contra los demás, contra una misma. Mi peor enemiga. La que no me deja disfrutar. Ni un instante, siempre alerta. Por si acaso, por si doler, por si sufrir, por si volver a pasar por lo mismo. Porque asusta volver a confiar, sentirse vulnerable y equivocarse.

Pero, ¿por qué no te permites equivocarte? ¿Por qué no admitir que puede que fuera anteriormente cuando te equivocabas? Quizá te hagan más feliz, quizá te merezcan más, quizá sea cuestión de tiempo…

No creo en opuestos, la experiencia me lo dicta. A sangre y fuego lo tengo grabado, en mis carnes lo he vivido.

¿Y si me equivoco? ¿Cómo se deja de pensar? ¿Cómo se desactiva el cerebro? A veces estaría bien que tuviera una clavija on/off como la de los electrodomésticos, para no pensar, no analizar, no razonar, sólo sentir y dejarse llevar… ¡pero me cuesta tanto!

Demasiado complicado y en 16 líneas no lo resuelvo.