La cazadora

Presa entre la maraña,
tu maraña.
No puedo escapar.
Corro, escapo, huyo.
Nada.
Como un cervatillo que huye de una loba mansa.

Pero usarás tus estrategias,
cebos,
calibres nuevos,
armas medievales
o enormes cepos,
artimañas de cazador…
acechador de mis deseos.

Pero esta vez no caeré,
no te regalaré más sueños.

Correré, saltaré, giraré, esquivaré
y todo para que no me atrapes…
porque la muerte que más me preocupa no es la de mi cuerpo
sino la de mi alma entre tus grilletes.

No me alcanzarás, no me dañarás
no herirás mi pecho,
porque correré, más rápido,
galoparé entre los brezos
brincaré sin descanso,
entre mis bosques y tus sueños.

Pero presta atención,
pues trucaré los cepos,
conseguiré armas nuevas,
te apuñalaré con mis versos.

He cambiado las tornas,
voy a colgar señuelos,
jalonar con mi deseo tu cuerpo,
porque ya no soy un cervatillo
sino la cazadora de sueños.

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